¿Fueron los ciclistas los primeros en señalizar las vías interurbanas?
Seguramente, si. El ciclismo, pionero y adelantado a su tiempo, siempre a la vanguardia de la sociedad, decidió por su propia seguridad y en beneficio de los otros usuarios de las vías interurbanas la señalización de los lugares más peligrosos.
Sin remontarnos a tiempos del Imperio Romano donde ya existían indicaciones kilométricas en las calzadas romanas e incluso pasos para peatones, la primera convención existente para la armonización de la circulación de vehículos por carretera se suscribió en Paris en el año 1909, en la «Convención Internacional sobre la Circulación con Automóviles», en la que estuvieron presentes países como Francia, Gran Bretaña, Italia o España.
Aunque, esta convención, no aunaba aspectos tan importantes como la circulación de los vehículos. En España los municipios regulaban sus vías públicas y llama la atención que hasta 1924, en Madrid se circulaba por la izquierda. Las hipótesis dicen que fue motivado porque la conducción de carruajes se realizaba sujetando las riendas con la mano izquierda y los látigos para fustigarlos con la derecha. Para no lastimar accidentalmente a algún peatón con el látigo se implantó la circulación por el lado izquierdo. Si bien, parece lógica, no todas las ciudades lo hicieron y Barcelona, por ejemplo, se circulaba por el lado derecho, por lo que puede ser que fuera por imitación a la circulación inglesa.



La convención de París de 1909 establece la señalización de 4 situaciones peligrosas en las carreteras: badén, curva peligrosa, cruce y paso a nivel. Estos buenos propósitos no se llevaron a la práctica en España, probablemente por falta de medios económicos e infraestructura.
Ahora que hemos hecho un breve resumen, la Unión Ciclo Aragonesa ha adquirido recientemente un libro de Francisco A. Canto Arroyo, llamado «CICLISMO«, datado sobre el año 1924, que abarca aspectos del ciclismo como la historia de la bicicleta, posición del ciclista, historia de la Unión Velocipédica Española, entrenamientos, alimentación, etc.
Además en el libro aparece la iniciativa de uno de los máximos defensores de la Unión Velocipédica Española, el Sr. Elías y Juncosa, para la instalación de «postes indicadores» avisando del peligro en las carreteras. Éstos postes eran donativos de los propios miembros de la U.V.E. o de cualquier persona que quisiera «sufragar» los gastos de fabricación e instalación de los mismo.



Estos postes indicadores estaban perfectamente definidos: diámetro del disco, inscripciones, nombre del donante, iniciales de la U.V.E., soporte, altura del poste, colores, material en fundición y coste que rondaba las 80 pesetas.
La primera colocación de un poste indicador de la U.V.E. fue a cargo de Narciso Masferrer, el 08 de Diciembre de 1903 (6 años antes de la Convención de París), en la carretera de Madrid a la Junquera (Altos de Calella) con la inscripción «Bajadas rápidas«. El Sr. Masferrer que tiene una trayectoria espectacular fue pionero en el periodismo deportivo y en el deporte en general, llegando a ser presidente de la U.V.E., presidente de la Federación Catalana de Fútbol, estuvo presente en el nacimiento de la Vuelta a Cataluña, en el inicio del F.C. Barcelona, etc.



Por último, encontramos el enlace con el ciclismo aragonés con un nombre propio como el «decano de los ciclistas españoles», D. Manuel Ricol Giner, que sufragó dos postes indicadores en la provincia de Huesca, junto a su localidad de residencia, Barbastro, el 22 de Marzo de 1907.
La primera en la Carretera de Barbastro a Huesca (Km. 30) con la indicación «Bajadas rápidas» y la segunda en la Carretera de Barbastro (orilla del río Cinca) con la indicación Pendiente peligrosa.
Esta es una muestra de los pioneros del ciclismo, adelantados a su tiempo, siempre en la vanguardia de la sociedad, solidarios y altruistas, para los amantes de este deporte un espejo donde mirarse.

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